No sé si les pasa, pero entrar al cine despierta muchas emociones… Todo empieza por la persona con la que uno va a ir: puede ser esa persona con la que se está empezando a salir y estás conociendo, tal vez, con ella, esperas una primera cogida de mano o un primer beso; puede ser con amigos, para reírse de lo que vaya sucediendo, para entrar comida entre la ropa y pasar un buen rato juntos; con la familia, situaciones muy parecidas a las anteriores, pero siempre teniendo en cuenta que, con ellos, uno se comporta diferente; por último, pero no menos importante, con uno mismo, para algunas personas no hay nada más mágico que ir a cine solo, se interioriza la película y se perciben muchas más cosas.