Presentado por: Wilmar Cárdenas, Jonathan Torres, Angie Quiroga y Valentina Cuervo.
Lo que llamamos vida, se encarga de darnos giros que a veces no entendemos; en algunas situaciones nos lleva a tomar decisiones que alteran el orden de nuestros días, algunas son buenas, otras malas, pero siempre intervienen en nuestro futuro.
Se dice que nadie es profeta en su tierra y que cuando se trabaja con amor, pasión, sacrificio y responsabilidad, las demás circunstancias que
rodean nuestra existencia pasan a un segundo plano.
Otros dicen que vale la pena luchar cada día por eso que nos hace seres felices, pero pocos te dicen que el camino es largo y que primero debes
aprender a caminar, si quieres volar. Pues para llegar a la cima, se necesita subir escalón tras escalón y los últimos siempre son los más dolorosos pero que dejan mayor satisfacción. Sin embargo, el trayecto, por más duro y difícil que sea, tiene una recompensa; un claro ejemplo es la historia de
Javier.
En Caracas – Venezuela, nace un niño llamado Javier Enrique Hernández, hijo de una humilde mujer; la señora Dalia Hernández, quien desde la noticia de ser madre hasta el sol de hoy, ha demostrado un apoyo incondicional hacia su hijo y aunque desde muy pequeño mostró un talento inigualable para la actuación, la imitación, unas cualidades histriónicas y una orientación hacia su mismo sexo; ella demostró que existe el amor incondicional y que estaría dándole la mano en cada proyecto que tuviera en su vida. “Un carajito muy inquieto pero talentoso, que me hace sentir orgullosa” comentó la mamá de Javier.
“Javier Enrique actualmente a sus 31 años”
Fotografía de fuente directa: Jhonatan Torres.
La vida empezó a cambiarle drásticamente cuando tenía 17 años, porque allí descubrió una pasión por vestir muy diferente a lo que hace un hombre «normal», pues le intrigaba usar tacones, vestidos, pelucas y maquillaje. Es ahí cuando comprende para que había nacido, siempre con la ilusión de
dejar una huella, Javier empezó a asistir a clubes nocturnos a su temprana edad y en una de esas noches mágicas, asistió a un evento donde se presentaría un drag y transformista, con la ilusión de conocerle. Ese joven de 17 años empezó a tener un referente para su camino. Esa persona es Ebony Villanueva, quien vio a Javier y de inmediato pudo notar que sus ojos eran únicos, su personalidad, su potencial y su talento, resaltaban.
En esos momentos Ebony no dudo un segundo de que Javier tendría una muy buena vida por delante como drag y transformista. Así que lo acogió como su «madre», siendo esta, una nueva palabra aprendida por Javier. Pues «madre» es un hombre que tiene demasiada experiencia en shows
nocturnos, haciendo transformismo, drag o caracterizaciones, descubriendo que atuendos son los mejores para un estilo, qué tipo de maquillaje luce mejor con un rostro, cual peluca debe elegir su “hija” y que tipo de música podría interpretar. Sumando que una “madre” tiene cientos de vestidos
y pelucas, que han obtenido a lo largo de su preparación. Dan ejemplo y guían a sus acogidos, a la mejora de su personaje y toda la preparación que conlleva para hacer su mejor versión de mujer.
Ebony Villanueva estaba comprometida con Javier, así que empezó a inculcarle la pasión por el maquillaje, por los vestidos imponentes, brillantes y hasta un poco exagerados.
Javier y Ebony empezaron a compartir escenario. “Siempre la dábamos toda, hasta quedar mamadas” como decía la misma Ebony. La emoción y felicidad de Javier por salir al escenario era inigualable, pero no fue fácil, cada día iban encontrando entre los dos, el look que más se acomodara y aquel que más resaltara su belleza femenina escondida. Madre e hija asistían a bares gays de la capital venezolana, donde eran el dúo perfecto de una «madre» y su acogido, pues todo el mundo los reconocía.
Cada noche que Javier se presentaba tenía un propósito, era saber de qué otra manera podía ser más reconocido en sus shows, quería causar impacto en la gente y que los bares supieran que él era el mejor en el arte drag. Supo que creando su nombre artístico podía hacer de su potencial un
reconocimiento total, y es que después de buscar y buscar, combinar y combinar, decide darle vida a su versión drag y transformista. Javier persiste y nace entonces Javirushy, nombre puesto por su amiga Jessica a los 12 años en el colegio. En el día Javier se dedicaba a descansar y a realizar sus labores normales del diario vivir, pero en la noche bajo el maquillaje y la peluca, le daba vida a su versión femenina, Javirushy. Esta otra cara del joven, se llevaba todos los reconocimientos.
Una noche, Javier y Ebony tienen la oportunidad de presentarse en “Colcafé”, un reconocido club LGBTI de Venezuela. Raúl Ruiz, dueño del club, queda impactado con la actitud de Javirushy y su energía que conecta tanto con el público, así que, le hizo la propuesta de ser parte del staff los días
viernes, animando al público del bar. Fue tanto su reconocimiento después, que alcanzó a realizar giras por los estados venezolanos y en cada lugar donde le daban la oportunidad de presentarse.
Tiempo después de realizar sus giras y trabajar juicioso, decide darse unas vacaciones en Bogotá- Colombia, en diciembre del 2016, empaca maletas y junto a unos amigos pasan la frontera en bus, hasta llegar a Cúcuta. Y así, un camino de aproximadamente veinte horas, hasta la fría pero
acogedora Bogotá.
“Inicios de transformación de Javier a Javirushy”
Fotografía de Instagram “Colcafé-bar”
En el 2016 fue la época de la crisis económica, social y migratoria del vecino país.
Así que sus vacaciones, que inicialmente eran por pocos días de navidad, se fueron extendiendo cada vez más.
Un jueves en Bogotá, Javier decide ir a un reconocido bar llamado “Fuzion” que se encuentra en la localidad de chapinero. En este lugar, había una publicidad en la entrada, para participar en un “karaoke” ese día. Con los nervios de punta y teniendo mil pensamientos en la cabeza, no lo duda
más y decide entrar a la competencia. Lo pensaba bastante porque él no sabe cantar, Javirushy sabe interpretar y hacer fonomímica; emocionado se preparó y era su turno de presentarse, así que decide realizar una imitación de una cantante de pop. Javirushy era la reina de la animación esa
noche, no permitía que nadie se aburriera, animaba a todo el público y entre gritos y aplausos, fue la ganadora.
Una de las personas encargadas esa noche del Karaoke, detecta en ella su talento, destreza y espontaneidades en el escenario, así que deciden contratarla para los fines de semana. En “Fuzion” después de muchas presentaciones que realizaba, tuvo que enfrentar ataques de xenofobia y
envidia de sus compañeras de show, con tristeza, Javirushy recuerda aquel día que asistió a una de sus presentaciones con dos simples vestidos unidos en uno solo y cocidos a mano, los cuales compró en un almacén económico por tan solo 30.000 pesos y por los que se le burlaron hasta el cansancio; pero ella siempre con su deseo de brillar, no se opacó, no se rindió y por el contrario, se ganó el cariño de un público exigente. Javirushy, a pesar de ganar poco en sus primeros shows, en los que cobraba entre 100 y 200 mil pesos colombianos; sentía que era difícil, pero siempre tenía un ángel que la acompañaba y que desde la lejanía, los miles de kilómetros y mucha distancia que la
separaba; allí estaba en su corazón, su mamá.
Con más fuerzas cada noche, se montaba en sus tacones de 20 centímetros, bajo su peluca multicolor, detrás de lentejuelas y cientos de gramos de maquillaje; brillaba como reina de la noche para transferirle una parte de sus ganancias a la señora Dalia, pues la situación en Caracas Venezuela
era cada vez más difícil. Sin embargo, su éxito ascendía, en un momento de su estadía en Colombia, fue contratada para viajar por varios lugares de este hermoso país; presentándose en los pequeños paraísos de “tierra caliente” colombiana como Melgar o Girardot, pasando por la sabana Bogotana en municipios como Madrid, Facatativá o Fusagasugá, en ciudades tan lejanas como Tunja, Cali o
Medellín.
Pero llego el momento de mostrarse ante un público más exigente, Javier tuvo la gran oportunidad de llegar al bar inclusivo más famoso y grande de Latinoamérica, “Theatron”. Allí donde solo se presentan los más grandes del mundo drag. Javier preparó su maquillaje, vestidos y pelucas para el
escenario que montaría en el «Ring de divas», concurso donde cada semana, tres reinas drag muestran lo mejor de su repertorio, música, baile, animación, transformismo, imitación y show, para ganarse un puesto en la gran final, en el mes de noviembre, concurso conocido como “Drag Star”. Hubo un momento donde Javirushy se dio cuenta de que era excelente interpretando a Miley Cyrus, en el “Ring de divas” entendió que era su gran oportunidad de hacer su personaje como la misma Miley, pues Javirushy tenía su cabello corto como la artista lo tenía en esos momentos. Con el traje
y todo listo. Dejó con la boca abierta al público cuando se vistió igual a la cantante norteamericana; y aunque su repertorio de personajes abarca desde Beyonce, Rosalía, Lady Gaga, entre otras; sorprendió a todos por su gran parecido y más porque se atrevió a cortar su propio cabello en plena
presentación con el fin de demostrar que no le teme al qué dirán.
“Javirushy en caracterización de Miley Cyrus, participando en el “Ring de divas”
Fotografía tomada de video canal en YouTube de Javirushy
Javirushy hizo su mayor esfuerzo, sudó y luchó por hacer lo mejor con sus personajes en el concurso,
pero desafortunadamente no ganó. Estaba muy desilusionada, porque los premios del concurso
eran desde los 5 millones de pesos colombianos a poder ganar vestidos de diseñador, varias pelucas,
maquillaje y lo que una transformista o drag necesita para perfeccionar. Aunque no ganó el “Ring
de divas”, logró que el productor de Theatron la invitara a participar como gogo dancer, los días
sábado en el bar más reconocido de Bogotá. Theatron le hizo la mejor propuesta que le habían
hecho a Javirushy, le pidieron llevar una idea innovadora para el bar y de esa manera ella sería quien
haría realidad la propuesta. A la semana Javier dio la sugerencia de realizar los martes de
«Transformartes»; al productor le encanto la sugerencia y la construyeron. En “Transformartes”
coronarían a la mejor transformista como la mariposa monarca (título de coronación).
Todo el mundo asistía a este evento, los “Transformartes” tuvieron una acogida grandísima en Chapinero.
Javirushy ya no era una simple reina de la noche que se presentaba en bares, sino que ya era parte
del show gay más grande de Latinoamérica, más sin embargo, llegó la pandemia y con esto los
problemas económicos. Javier se veía un poco asustado y preocupado, pensó mil veces en
devolverse a Venezuela, aunque lo pensó y meditó día y noche, no tocó fondo y pudo tener
resiliencia; encontró una manera de no estar así de ajustado y su preocupación fue menor.
Javier y Javirushy cambiaron de rumbo, tuvieron un giro de 180 grados, inició una vida diferente en las redes
sociales y eso le dio para sostenerse. Sus amigos le colaboraban con alimentación y dinero algunas
veces, pero como todo, Javirushy se superó y nunca se dejó vencer.
Pero los días duros pasaron y con el retorno de esta nueva normalidad que el mundo vivió por culpa del Covid-19, Javirushy
tendría su propio espacio en Theatron, esta vez el “Ring de divas” se convertiría en su nuevo espacio
donde cada jueves anima a quienes quieren convertirse en reinas drag; evento que haría junto con
su nueva amiga de show “Drag Fénix”.
“Primeras fotografías profesionales de Javirushy en Theatron- 2022”
Fotografía tomada de Instagram de “Theatron”
Pero no todo llega ahí; una importante empresa de licores decide contratarla como imagen de su
whisky “Jack Daniels old n° 7”, así mismo, convertirse en una de las presentadoras oficiales e imagen
indefinida de Theatron y el bar “La Chusma”, con lo que Javier ha logrado entonces su sueño de
pequeño, que era llegar a ser un artista famoso y reconocido. Con él, suceden muchas cosas, se ha
ganado el lugar que tiene actualmente gracias a su talento; el reconocimiento de la gente se da en
que, a diferencia de muchas de sus colegas, Javirushy es noble, sencilla y siempre está dispuesta a
tomarse una foto con cualquier persona. Aunque a veces tiene que guardar su postura de diva para
mantener su apariencia de reina, el hombre que se esconde detrás de esos vestidos tan elaborados,
incómodos y estrambóticos; reconoce que le debe a Javirushy un personaje lleno de sorpresas como
se autodenomina. A su mamá, todo en esta vida; sus catorce años de vida artística, sus más de 40
trajes y pelucas que lo hacen sentirse orgullo de lo que es, de lo logrado, de su ascenso y que, a
pesar de tener dos rostros, dos vidas y un solo cuerpo, es y seguirá siendo la misma persona
humilde de siempre.
“Y recuerda, tu tía Javirushy, la más arrecha” Como dice él mismo Javier.
No te pierdas todo el contenido que tenemos para ti. Leer más
Por: Geraldine Rodríguez Más allá de los estereotipos, expectativas sociales y los cambios que implica… Leer más
La llegada de un bebé es un momento de inmensa alegría, pero también puede ser… Leer más
Bogotá se ha consolidado como un epicentro de la economía creativa en América Latina gracias… Leer más
Desde su creación, han beneficiado a más de 517,000 personas, contribuyendo al desarrollo artístico y… Leer más