Con pelajes relucientes y galpones impecables debe terminar su día; por tanto, es así que inicia sus funciones, ¿con qué apoyo contó iniciando con su trabajo en la finca? “Como mencioné anteriormente, al visitar cada época de vacaciones la finca familiar, mis padres vieron que esa pasión que tenía en el momento de compartir mi tiempo con los animalitos podía convertirse en una profesión, así que debo decir que el apoyo inicial fue de mis abuelos y mis papás, además de lo que conlleva trabajar en la finca, ya que nos encargamos también del cultivo de fresas y duraznos”.
¿Cuándo tomó la decisión de dedicar su vida a esta labor? “Al terminar el colegio tenía en mente que quería estudiar algo relacionado con los animales, fue duro al inicio porque es muy diferente pensar con la razón que con el corazón, tengo una familia ligada a la contaduría y cosas por el estilo, y siempre ellos van a querer lo mejor para uno, así que me intentaban aconsejar para tomar la mejor decisión y, cómo se dan cuenta, le hice caso a mi amor por los animales y al campo”.
Entre relinchos y cantos de gallos realiza su primera función: ¿Qué es lo primero que hace en su día laboral? “El día inicia bastante temprano, así que dormir hasta tarde en este mundo no es una opción (risas) así que hay que empezar con los primeros rayos de luz en el día. Como todo trabajo hay que prepararse, un buen baño y un desayuno nutrido que dé energía para el trajín que se viene, y después de alimentarnos a nosotros, empezamos a alimentarlos a ellos. También hay que iniciar temprano por el tema del ordeño, es una tarea que requiere mucho tiempo y es indispensable sacarle el mayor provecho a la mañana”.
Acto seguido, Víctor Manuel arregla las cercas, limpia los pisos y los establos. ¿Qué es lo más fascinante y/o enriquecedor de trabajar y forjar relación con los animales? “Debo decirte que ellos son como niños, son muy agradecidos y lo demuestran de formas totalmente diferentes, un perro bate la cola, un gato te ronronea y se rasca contigo, una ternera, una oveja, inclusive las gallinas que no demuestran su amor de la misma forma, pero la mirada siempre va a reflejar agradecimiento”. Escuchando su amor por la tierra, se le pregunta, ¿qué se necesita para ejercer su trabajo? “Mucha paciencia (risas) pero también mucho amor, ya con el paso de los años se va volviendo una rutina, una muy linda por cierto, porque gracias a todos estos animalitos damos sustento a nuestros hogares, así que se necesita, además de lo que mencioné anteriormente, mucha fortaleza mental, para que tanto los animales como el campo den lo mejor de sí, así como tú lo haces por ellos.”