Escritos

El alma de la finca: Así es la vida de un cuidador de animales de granja

Amanece el cielo colombiano y consigo las labores del campo. Basta con escuchar el canto de un gallo para saber que el día comenzó. El maravilloso mundo animal acompaña a Víctor Manuel Martínez Contreras, ingeniero agrónomo de la UPTC (Universidad pedagógica y tecnológica de Tunja) pues es el encargado de brindar cuidados y protección a los animales de la finca “La Victoria” ubicada en Oicatá, Boyacá, a 20 minutos de Tunja.

La fuerza que tiene la tierra colombiana ha forjado sus manos trabajadoras, cada instante recuerda la satisfacción de su trabajo bien hecho y el cariño infinito que siente por sus animales. 

Hoy tenemos la oportunidad de vivir en carne propia la vida de un apasionado por los animales, ¿qué lo impulsó a ser cuidador de animales? “Todo empezó desde niño, como a muchos que le gustan los animales domésticos, gatos y perros, pero a mi me gustan absolutamente todos, iba a la finca de mis abuelos y al convivir con gallinas, vacas, ovejas y demás, sentí que era mi lugar favorito en el mundo y cuidar de ellos empezó a ser más que un gusto una especie de pasión ligada al amor”, comenta Víctor. 

Con pelajes relucientes y galpones impecables debe terminar su día; por tanto, es así que inicia sus funciones, ¿con qué apoyo contó iniciando con su trabajo en la finca?  “Como mencioné anteriormente, al visitar cada época de vacaciones la finca familiar, mis padres vieron que esa pasión que tenía en el momento de compartir mi tiempo con los animalitos podía convertirse en una profesión, así que debo decir que el apoyo inicial fue de mis abuelos y mis papás, además de lo que conlleva trabajar en la finca, ya que nos encargamos también del cultivo de fresas y duraznos”. 

¿Cuándo tomó la decisión de dedicar su vida a esta labor? Al terminar el colegio tenía en mente que quería estudiar algo relacionado con los animales, fue duro al inicio porque es muy diferente pensar con la razón que con el corazón, tengo una familia ligada a la contaduría y cosas por el estilo, y siempre ellos van a querer lo mejor para uno, así que me intentaban aconsejar para tomar la mejor decisión y, cómo se dan cuenta, le hice caso a mi amor por los animales y al campo”.

Entre relinchos y cantos de gallos realiza su primera función: ¿Qué es lo primero que hace en su día laboral? “El día inicia bastante temprano, así que dormir hasta tarde en este mundo no es una opción (risas) así que hay que empezar con los primeros rayos de luz en el día. Como todo trabajo hay que prepararse, un buen baño y un desayuno nutrido que dé energía para el trajín que se viene, y después de alimentarnos a nosotros, empezamos a alimentarlos a ellos. También hay que iniciar temprano por el tema del ordeño, es una tarea que requiere mucho tiempo y es indispensable sacarle el mayor provecho a la mañana”. 

Acto seguido, Víctor Manuel arregla las cercas, limpia los pisos y los establos. ¿Qué es lo más fascinante y/o enriquecedor de trabajar y forjar relación con los animales? “Debo decirte que ellos son como niños, son muy agradecidos y lo demuestran de formas totalmente diferentes, un perro bate la cola, un gato te ronronea y se rasca contigo, una ternera, una oveja, inclusive las gallinas que no demuestran su amor de la misma forma, pero la mirada siempre va a reflejar agradecimiento”. Escuchando su amor por la tierra, se le pregunta, ¿qué se necesita para ejercer su trabajo?Mucha paciencia (risas) pero también mucho amor, ya con el paso de los años se va volviendo una rutina, una muy linda por cierto, porque gracias a todos estos animalitos damos sustento a nuestros hogares, así que se necesita, además de lo que mencioné anteriormente, mucha fortaleza mental, para que tanto los animales como el campo den lo mejor de sí, así como tú lo haces por ellos.”

Siempre es un gusto hablar con personas como Víctor Manuel,  tan comprometido con sus funciones y tan lleno de respeto por los animales y la tierra que los sustenta. Sin embargo, como bien dicen, “no todo es color de rosa”, entonces ¿Cuáles son los desafíos y las labores más grandes que se enfrentan en una finca/granja?Como todo siempre van a haber épocas difíciles, y cómo es bien sabido, el clima colombiano en ocasiones tiende a ser muy impetuoso. Entonces, en las épocas de lluvia hay que redoblar esfuerzos para que los animalitos no se vayan a enfermar y después entender que la tierra soporta lo más que puede y los frutos, en la cantidad promedio, van a verse reducidos notoriamente”.

Y, ¿cuáles son las herramientas o equipos más importantes que utiliza en su trabajo? 

Las manos (risas) en verdad es lo más importante, ya que con ellas haces básicamente todo el trabajo diario, aunque así herramientas podríamos decir que el equipo de ordeño, sistema de refrigeración para la leche, ya que actualmente estamos incursionando en la preparación de yogurt y fabricación de queso, esto de la mano de la alcaldía de Chivatá, que nos está capacitando en las plantas de Alpina en Sopó”.

Luego, continuó su jornada recogiendo fresas, entre risas, nos contó una de sus experiencias chistosas en la finca:  “Al inicio se nos dañaron las matas un montón, y era simplemente por falta de experiencia, fue frustrante un tiempo pero ya después pasa a ser una simple anécdota” 

Tal y como lo relata el poema El arado, escrito por Jorge Rojas, “Cada amanecer tiene un despertar de arado, donde la tierra canta al ritmo de los bueyes, y el surco se hace camino de esperanza, donde el hombre y el sol son un solo horizonte”. Víctor refleja la valiosa conexión que existe entre cuidadores y animales, resaltando la importancia de cuidar la tierra que todos habitamos. 

Para Víctor Martínez cada día es una bendición y un nuevo desafío, trabajar en este país conlleva un sinnúmero de esfuerzos que muchas veces no son reconocidos ni por los propios colombianos, sin embargo, él es uno de los tantos valiosos personajes que dedican su vida y su amor a todos los seres que habitamos la tierra. ¿cómo se siente cada vez que finaliza su día? “¿La verdad? Mamado (risas) es que hay mucho que hacer, y claro que se hace con todo el amor del mundo pero es una labor bastante dispendiosa, pero realmente me siento feliz, porque es lo que siempre quise hacer, y es algo que pasa de generación en generación, los más pequeños de la casa nos ayudan y eso es lo más bonito de todo”. 

Hoy se despide con la satisfacción de haber cumplido su misión con pasión y constancia, recordándonos la importancia de resaltar esta labor, ya que son los encargados de querer y proteger a nuestros animales.

Por:

Valentina Sáenz : IG – @laurasaenz132

Valentina López: IG – @periodista.valentinalopez

Nicolás Vega: IG – @nickovega91

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